La primavera ha llegado, lo habías notado ¿verdad? (qué alegría “pa” mi alergia que ahora encontrará un motivo más “pa” manifestarse...) y con ella, las feromonas se sienten libres y revolotean como ágiles Instalar play store vaaaaaaaale, y la sangre se altera también...) en palabras más populares: “la gente se va “pa´lla”. Esto no puede ser nada sano. Se hacen cosas... inexplicablemente inexplicables...
Mi horario de los jueves es algo rarito; bueno, siempre lo es, pero estos días especialmente. Tras cumplir la norma nº 1 de la facultad (entretente todo lo que puedas en el pasillo antes de entrar a clase) me dirigí a mi aula, dispuesta (aunque no convencida) a soportar esas maravillosas enseñanzas, en esos asientos incómodos... (¿¿para qué estudia la gente Diseño, Decoración y esas cosas?? ¿¿¿¡¡para tener al alumnado sentado en esas sillas que cuadriculan el “trasero” (o culo)!!??? Si sabes la respuesta, contacta conmigo, plis...) Como en todos lados, cada cual tiene “su espacio” (aunque en la charcutería lo llamen “vez” o “turno”, no deja de ser un espacio). Es automático. Tú llegas el primer día y te sientas en el primer sitio que encuentras (bueno, ni qué decir que este último argumento tiene una segunda parte: te sientas en el primer sitio que encuentras, sí, pero tras haber inspeccionado minuciosamente el habitáculo (a una distancia prudencial del profesor, no sea que se te pegue algo de sabiduría...; gente que hay por los alrededores; situación geográfica; si te gustan o no las ventanas (ojito, si las hay..., porque si están en el techo como en mi clase...; es que en mi facu somos extremadamente “progres”) y un largo etc) y desde ese momento y para siempre, a no ser que haya alguna excusa de peso (tipo: el de al lado ronca mucho y no me deja oír nada), ése y sólo ése, será tu sitio; “tu espacio”.
Si eres una persona “multiocupada” como yo (oseáse: que tienes asignaturas pendientes), es muy complicado conservarlo: causa de fuerza mayor: no queda otra que practicar “emigración forzada”; que consiste básicamente en acoplarte en los asientos vacíos (qué triste, ¿verdad?). Hoy fue uno de mis días “multiocupacionales”. Así que llegué, me inserté por ahí..., y... No había llegado la profesora (no es que yo llegara temprano, ella se retrasó 16 minutos...) así que claro, me ví allí, con un “out time” por todo el morro... Como me dejé mi puzzle de 2000 piezas en casita... Y no tenía nada mejor qué hacer... ¡Me puse a leer la mesa! (lo que http://www.instalarplaystore.com/el aburrimiento...) Centré mi atención en una lista:
Mi horario de los jueves es algo rarito; bueno, siempre lo es, pero estos días especialmente. Tras cumplir la norma nº 1 de la facultad (entretente todo lo que puedas en el pasillo antes de entrar a clase) me dirigí a mi aula, dispuesta (aunque no convencida) a soportar esas maravillosas enseñanzas, en esos asientos incómodos... (¿¿para qué estudia la gente Diseño, Decoración y esas cosas?? ¿¿¿¡¡para tener al alumnado sentado en esas sillas que cuadriculan el “trasero” (o culo)!!??? Si sabes la respuesta, contacta conmigo, plis...) Como en todos lados, cada cual tiene “su espacio” (aunque en la charcutería lo llamen “vez” o “turno”, no deja de ser un espacio). Es automático. Tú llegas el primer día y te sientas en el primer sitio que encuentras (bueno, ni qué decir que este último argumento tiene una segunda parte: te sientas en el primer sitio que encuentras, sí, pero tras haber inspeccionado minuciosamente el habitáculo (a una distancia prudencial del profesor, no sea que se te pegue algo de sabiduría...; gente que hay por los alrededores; situación geográfica; si te gustan o no las ventanas (ojito, si las hay..., porque si están en el techo como en mi clase...; es que en mi facu somos extremadamente “progres”) y un largo etc) y desde ese momento y para siempre, a no ser que haya alguna excusa de peso (tipo: el de al lado ronca mucho y no me deja oír nada), ése y sólo ése, será tu sitio; “tu espacio”.
Si eres una persona “multiocupada” como yo (oseáse: que tienes asignaturas pendientes), es muy complicado conservarlo: causa de fuerza mayor: no queda otra que practicar “emigración forzada”; que consiste básicamente en acoplarte en los asientos vacíos (qué triste, ¿verdad?). Hoy fue uno de mis días “multiocupacionales”. Así que llegué, me inserté por ahí..., y... No había llegado la profesora (no es que yo llegara temprano, ella se retrasó 16 minutos...) así que claro, me ví allí, con un “out time” por todo el morro... Como me dejé mi puzzle de 2000 piezas en casita... Y no tenía nada mejor qué hacer... ¡Me puse a leer la mesa! (lo que http://www.instalarplaystore.com/el aburrimiento...) Centré mi atención en una lista:
Haz clic aquí para modificar.