El sábado estuve con mi amigo "viejo", un tipo peculiar, es el típico fantasmilla que parece saber de todo, estando yo haciendo una foto en una barbacoa en el campo con mí cámara digital de 2 mierdapixel me dice yo odio la fotografía digital,
- Paso de discutir con este de fotografía pensé, pero acto seguido dije que coño voy a discutir de lo que haga falta pa eso llevo ya siete cervezas.
- Empezó a hablarme del obturador, del diafragma, de velocidades y de aperturas, de asas y de isos, un despliegue de números y de datos que sin duda eran un farol pero mis conocimientos técnicos en cuanto a números se reducían a carrete de 12 o de 24 fotos, allí mi partida estaba perdida.
Preferí llevármelo a otro terreno el filosófico paranoico, osease mi estilo, empiezo a argumentar que la fotografía digital capta el instante y que cada instante es único, es decir, que mientras preparas con la cámara analógica la luz, el enfoque, la velocidad del viento y la alineación de Venus con Júpiter aquel susurro del árbol al mecerse junto al viento se había ido y la sonrisa provocada por la caricia de su pelo posado en sus mejillas había desaparecido para cuando estuviese preparado con su cámara.
Yo no conozco ningún diafragma por que uso preservativo le dije, y no entiendo las asas de mi cámara por que trae correita pero que la fotografía analógica es como el polvo no echado, nunca lo recuperaras, el polvo que no eches un DIA, no lo recuperaras nunca jamás aunque al DIA siguiente eches dos, pues igualmente aunque sonrías mil veces nunca se parecerá a la sonrisa que fotografié en mi memoria la primera vez que te vi preciosa, dije a la vez que pellizcaba la mejilla de mi mujer.
Vi como se le iluminaban los ojos al jurado, y como a mi mujer casi se le escapa una lagrimita que sin duda no hacían más que aumentar mi marcador.
-Volvió al ataque dijo te enseñaré mi cámara, fue a su coche y sacó una maleta mucho mayor que la que yo me llevé de viaje de novios, grrrrrrrrrrrrrrrrr abrió su cremallera y sacó una cámara con un objetivo de medio metro, yo no entiendo mucho de fotografía pero el tamaño en este caso si que importa, y empezó a decirme que el fotografiaba sentimientos y no momentos casuales y puntuales como una sonrisa, que su forma de fotografiar era coger su cámara con su objetivo y esperar en una posición y lugar que le guste durante horas cual cazador espera su pajarillo, así pasaba el tiempo hasta que llegará su fotografía volando volando..
- Paso de discutir con este de fotografía pensé, pero acto seguido dije que coño voy a discutir de lo que haga falta pa eso llevo ya siete cervezas.
- Empezó a hablarme del obturador, del diafragma, de velocidades y de aperturas, de asas y de isos, un despliegue de números y de datos que sin duda eran un farol pero mis conocimientos técnicos en cuanto a números se reducían a carrete de 12 o de 24 fotos, allí mi partida estaba perdida.
Preferí llevármelo a otro terreno el filosófico paranoico, osease mi estilo, empiezo a argumentar que la fotografía digital capta el instante y que cada instante es único, es decir, que mientras preparas con la cámara analógica la luz, el enfoque, la velocidad del viento y la alineación de Venus con Júpiter aquel susurro del árbol al mecerse junto al viento se había ido y la sonrisa provocada por la caricia de su pelo posado en sus mejillas había desaparecido para cuando estuviese preparado con su cámara.
Yo no conozco ningún diafragma por que uso preservativo le dije, y no entiendo las asas de mi cámara por que trae correita pero que la fotografía analógica es como el polvo no echado, nunca lo recuperaras, el polvo que no eches un DIA, no lo recuperaras nunca jamás aunque al DIA siguiente eches dos, pues igualmente aunque sonrías mil veces nunca se parecerá a la sonrisa que fotografié en mi memoria la primera vez que te vi preciosa, dije a la vez que pellizcaba la mejilla de mi mujer.
Vi como se le iluminaban los ojos al jurado, y como a mi mujer casi se le escapa una lagrimita que sin duda no hacían más que aumentar mi marcador.
-Volvió al ataque dijo te enseñaré mi cámara, fue a su coche y sacó una maleta mucho mayor que la que yo me llevé de viaje de novios, grrrrrrrrrrrrrrrrr abrió su cremallera y sacó una cámara con un objetivo de medio metro, yo no entiendo mucho de fotografía pero el tamaño en este caso si que importa, y empezó a decirme que el fotografiaba sentimientos y no momentos casuales y puntuales como una sonrisa, que su forma de fotografiar era coger su cámara con su objetivo y esperar en una posición y lugar que le guste durante horas cual cazador espera su pajarillo, así pasaba el tiempo hasta que llegará su fotografía volando volando..